PHILIPPE STARCK
PHILIPPE STARCK
Parigi 1949
Subversiva, ética, ecológica, política, divertida: así veo mi labor como creador”, Philippe Starck. A pesar de tener miles de proyectos -finalizados o en realización-, su fama global y su inagotable y consistente creatividad, nunca olvida lo esencial. Philippe Starck tiene una misión y una visión: la creación, en la forma que sea, debe hacer que la vida sea mejor para el mayor número de gente posible. Starck cree que esta labor poética, política, rebelde, benevolente, pragmática y subversiva debe asumirla todo el mundo y lo resume con el humor que ha acompañado su enfoque desde el principio: “Nadie está obligado a ser un genio, pero todos deben participar.
Su precursor interés por las cuestiones medioambientales, su profunda comprensión de los cambios actuales, su entusiasmo al imaginar nuevos estilos de vida, su determinación a la hora de cambiar el mundo, su devoción por una simplificación positiva, su amor por las ideas, su deseo de defender la inteligencia de la funcionalidad -han acompañado a una creación icónica tras otra… Desde productos de diario como muebles o exprimidores, hasta revolucionarios megayates, microaerogeneradores, coches eléctricos y hoteles que inspiran a lo maravilloso, lugares estimulantes e intensamente vibrantes, Starck nunca cesa de superar fronteras y criterios con respecto al diseño contemporáneo. Sus milagros tecnológicos son vectores de ecología democrática, centrados en la acción y el respeto por el futuro tanto humano como de la naturaleza. Prediciendo los fenómenos de confluencia y desmaterialización, Philippe Starck siempre ha ideado objetos que demandan lo máximo desde lo mínimo. Las soluciones que él ha soñado son tan vitales y esenciales que ha sido el primer francés invitado a las legendarias conferencias TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño), charlas que reúnen a ponentes tan ilustres como Bill Clinton y Richard Branson. Inventor, creador, arquitecto, diseñador, director artístico...
Philippe Starck es todo lo anterior pero, por encima de todo, es un hombre honesto, conforme a la más pura tradición de los artistas del Renacimiento.
FUENTE: CASSINA